PLANIFICAR MI CALENDARIO PARA EL HUERTO
La agricultura familiar ha sido un factor relevante para el desarrollo de sectores rurales
En la actualidad más del
60% de la población mundial vive en ciudades. Lo cual implica una explotación
excesiva de los recursos naturales, un aumento acelerado de la demanda de
alimentos, energía y agua, además de un incremento de la contaminación atmosférica
y de los cuerpos de agua (lagos, ríos y mares), mayor contaminación de
suelos, erosión y deforestación, sin olvidar la generación alarmante de
residuos sólidos y peligrosos.
La presión que las ciudades ejercen sobre el
entorno natural es enorme, no sólo rompiendo ecosistemas y disminuyendo la
diversidad biológica, sino que también impactan negativamente a la Tierra. Esto
nos señala la necesidad de buscar alternativas para crear ciudades sostenibles.
En la actualidad las grandes ciudades nos apartan del contacto con la
naturaleza y del trabajo con la tierra. Tienen un sistema imperante que actúa
sobre la naturaleza y su equilibrio ecológico, despilfarra los recursos y
promueve una producción y consumo descontrolados.
Un fuerte problema a nivel mundial, es el de
la alimentación y no por qué no alcancen los alimentos, sino porque existe una
mala distribución de ellos. Satisfacer la demanda alimentaría de la población,
bajo esquemas sustentables y con racionalidad en el proceso; es de vital
importancia para el futuro de la humanidad.
La agricultura familiar,
mediante la implementación de huertos familiares sostenibles, ha sido un factor
relevante para el desarrollo de sectores rurales, tanto de manera económica
para la reducción de los índices de pobreza, como para el fortalecimiento de la
seguridad alimentaria de los pueblos, la preservación de la diversidad
agrícola, y la inclusión familiar y comunitaria. No obstante, el inconveniente
principal que desmotiva a los pequeños agricultores y familias rurales a optar
por este tipo de actividades, es el bajo impulso de actividades enfocadas al
aprendizaje de técnicas innovadoras que permitan reducir las pérdidas agrícolas
por diversos factores asociados a la agricultura y que permitan extender el
rendimiento productivo de los huertos.
Las hortalizas resultan
de gran relevancia en lo que a alimentación y nutrición se refiere, ya que de
éstas, se pueden consumir no solo sus frutos, sino también sus hojas, raíces,
tallos y flores, aprovechando así, sus altos niveles de vitaminas, minerales y
proteínas; los cuales, son componentes esenciales para satisfacer el buen
funcionamiento del organismo y que proporcionan la energía necesaria para
realizar las actividades diarias sin ninguna dificultad, además de fortalecer
nuestro organismo para resistir el ataque de enfermedades. Las hortalizas se
clasifican según su parte comestible, entre ellas, tenemos:
• Raíz: zanahoria, nabo, remolacha, rábano.
• Hoja: apio, perejil, acelga, espinaca, col,
lechuga, cebolla de hoja.
• Tallos y bulbos:
cebolla, ajo, papa.
• Flor: coliflor, brócoli, alcachofa.
• Fruto: tomate, pepino, zapallo, vainita,
haba, arveja, ají, pimiento, berenjena.
La importancia del huerto
radica no solo en la obtención de alimentos sanos y nutritivos para la familia,
sino que, se aprovecha de mayor manera el suelo, se beneficia el empleo en el
campo, se puede vender los excedentes, y, por último, aporta beneficios
ambientales como la protección del suelo, conserva gran variedad de insectos y
animales, sirve como centro de reciclaje ya que los materiales de cocina y del
huerto pueden ser utilizados para hacer abonos, etc.
Antes de iniciar las
actividades que se requieren para levantar el huerto, debemos considerar
aspectos relevantes con la finalidad de evitar posibles fracasos o pérdidas en
nuestro huerto; entre ellos: la inclinación del terreno, el tipo y condiciones
del suelo que tenemos (arena o arcilla, presencia de piedras), el agua
disponible para regar el huerto, qué queremos sembrar (de preferencia elegir plantas
que consume la familia o que más se comercialicen, de ser el caso), rotación y
asociación de cultivos, acceso de la luz solar (recomendable de 6 a 8
horas/día), la dirección y velocidad del viento, el tamaño del huerto y conocer
las fechas de siembra o crear un calendario para el huerto.
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