EL MUNDO SECRETO DE LOS HONGOS
Los hongos estarían más cercanos al reino animal que al vegetal, ya que los dos son heterótrofos
Las setas que encontramos en nuestros campos y bosques no son sino una pequeña parte de un reino inmenso que afecta a nuestro entorno y nuestras vidas y del que aún conocemos sólo una pequeña parte, aproximadamente el cinco por ciento. Así es; se calcula la existencia de un millón y medio de especies de hongos y se han descrito aproximadamente cien mil. Claro que de esa cifra inmensa por conocer la mayoría escapan a nuestra observación ya que se trata de hongos microscópicos, levaduras... y sólo ciento cuarenta mil del total serían macromicetes, es decir aquellos hongos superiores con fructificaciones observables a simple vista.
Escuchamos hablar
indistintamente de «hongos» y «setas», incluso en algunas zonas determinadas
setas reciben el apelativo de «hongo», pero desde un punto de vista micológico
es necesario superar esta confusión. Las setas son una pequeña parte de un ser
vivo más grande, el hongo.
La relación hongo-seta sería
la misma que árbol-frutos, con la diferencia de que veríamos las cerezas a ras
de suelo (salvo en hongos hipogeos, como la trufa) y el cerezo estaría bajo la
superficie. Esa «planta» que constituye el hongo, se extiende a semejanza de un
sistema radicular, el micelio, compuesto por filamentos muy finos llamados hifas.
Cuando las condiciones ambientales son propicias, se forman primordios que se
desarrollarán para constituir las setas.
A su vez el desarrollo de las setas supondrá el de su parte fértil o himenio que producirá sus propias semillas, las esporas, que serán distribuidas al madurar a través del aire o en el tubo digestivo de diversos animales, para una vez en su medio adecuado volver a dar origen a las hifas y un nuevo micelio.
El mundo de los hongos ha
sido interpretado de diferentes formas a lo largo de la historia, según se ha
ido conociendo mejor su biología. Hasta mediados del siglo pasado todavía se
les incluía en las clasificaciones dentro del reino vegetal, como «plantas no
vasculares».
Fue Robert Whittaker en el año 1969, quien propuso la división de los seres vivos en cinco reinos diferenciados y consideró a los hongos como un reino aparte, con la denominación latina de hongo, Fungi, a los que habría que añadir los otros dos reinos más primitivos; el Monera y el de los Protistas. Hoy, citando a Francisco de Diego Calonge, diremos que se tiende a situar a estos seres en tres reinos distintos: Chromista, Fungi y Protozoa.
Los hongos se diferencian
claramente del reino vegetal por la ausencia de clorofila, que permite a las
plantas la función de la fotosíntesis, y también por la presencia en sus
tejidos de glucógeno. La forma de alimentación es un factor diferenciador
determinante; los animales se alimentan por ingestión, las plantas, gracias a
la función clorofílica, sintetizan sus alimentos a partir de compuestos
inorgánicos, y los hongos se alimentan por absorción realizando una digestión
externa mediante la secreción de enzimas sobre el sustrato en el que viven para
poder absorber los nutrientes que necesitan.
Los hongos, según se desprende
de las últimas investigaciones, estarían más cercanos al reino animal que al
vegetal, ya que los dos son heterótrofos (se alimentan de compuestos orgánicos
ya sintetizados por otros seres vivos). La quitina es el principal polímero que
aparece en las paredes celulares de los hongos, presente también en el
exoesqueleto de los artrópodos. Otra característica distintiva respecto al reino
vegetal es que los hongos carecen de celulosa.
EL MUNDO SECRETO DE LOS HONGOS
FUENTE facebook:@hidroHISEP, @antoniocalle03
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